
Es normal llegar a la conclusión de que por el hecho de tener una tienda de ecommerce o una sencilla página web con productos, precios, catálogos, o simplemente referencias, una empresa sienta que está compitiendo a nivel internacional. Aceptamos muy fácilmente el argumento de que somos técnicamente accesibles vía internet y lo extendemos a todo nuestro plan de negocio.
Parece que por el mero hecho de estar tras una dirección web o tener un perfil en una red social somos encontrables, globales y accesibles. Es cierto que internet abre muchas barreras, pero también es igual de cierto que no por tener una barrera abierta debemos cruzar una puerta.
La época en la que había poca competencia en ecommerce, esa en la que tener una presencia en internet era un activo diferenciador, pasó hace tiempo. Sin embargo aún se pueden observar proyectos pretenciosamente globales que dan al traste con buenas empresas y productos.
Antes de comenzar a estudiar un proyecto de ecommerce internacional las empresas deben centrarse en dos claves. Se trata de dos noticias: una buena y otra que requiere advertencias (por que las malas noticias son sólo cuando nadie se detiene a pensar antes de ejecutar un proyecto).
Las dos claves antes de emprender proyectos de ecommerce como herramienta para la internacionalización son:
- Las empresas internacionales ya tienen gran parte del conocimiento necesario para abordar proyectos de ecommerce, aunque no lo sepan.
- El problema no son las barreras, son las conexiones. El dilema está en que alguien desee cruzar la puerta que lleva hacia nuestro negocio.
Las empresas ya tienen gran parte del conocimiento necesario en ecommerce
Según Forrester podemos ver cuatro tendencias (a la que ellos añaden además la movilidad) en 2014 que determinarán los proyectos de ecommerce, que son:
- Recuperación de las principales economías del planeta.
- Nuevas relaciones con los países en desarrollo.
- Boom del comercio electrónico global.
- Agrupaciones de pequeños comerciantes.
¿No os suena de algo? Si hubiéramos dicho que se trata de 4 claves identificadas por el ICEX sobre tendencias del comercio exterior nadie hubiera pensado nada extraño. En realidad, estas cuatro tendencias lo que muestran es que las empresas que tienen experiencia en internacionalización ya tienen parte del camino marcado en su ruta.
Las empresas activas en comercio exterior saben cómo buscar información de otros mercados y sectores, conocen mecanismos de pago y control de cambio, cómo acceder a países en desarrollo, saben de temas de logística, seguros, complejidades legales y un largo etc. Por otro lado las agrupaciones no son nada nuevo en el mundo del comercio exterior. Finalmente las empresas exportadoras siempre han mirado su mercado de manera mucho más completa que las empresas sin actividad internacional. Es decir, estas 4 claves no son ajenas para las empresas exportadoras, más bien lo contrario.
Las empresas exportadoras deben aprender a incorporar tecnología en su proceso de negocio, con todo lo que ello conlleva: nuevas reglas, nuevos equipos, nuevos medios y nuevos plazos para prácticamente todo. Pero lo fundamental, dónde está el negocio y cómo sacarle partido, lo conocen ya.
El problema no son las barreras, son las conexiones
Este «falso amigo» de internet viene determinado por le hecho de simplificar enormemente la realidad comercial y asimilarla a la sencillez técnica. El hecho de que sea posible entrar en contacto con alguien no significa que haya algo nuevo que contar, ni que queramos hacerlo en caso de haber novedades.
Nos fijamos en la facilidad técnica y pensamos que es suficiente justificación, muchos proyectos de ecommerce se han comido todo el presupuesto simplemente en estar disponibles. Esta decisión no ha dejado espacio ni recursos para acciones de SEM, Social Media, presencia y acciones en el extranjero, etc. Pensar que por el hecho de abrir una tienda en internet vamos a vender a todo el mundo es como abrir una cuenta en Facebook y asumir que nacerán amigos espontáneamente. En el caso de Facebook lo entendemos fácilmente y nos provoca una sonrisa. En el caso de las empresas parece que se olvida más fácilmente.
Es absolutamente crítico crear relaciones, personales, empresariales, ganchos comerciales, etc. Estamos en una época de sobreabundancia de ofertas y estar disponible se presupone para todos, no es valor añadido. Vemos canales sociales que pretenden cubrir todo el mundo con demasiada frecuencia. Eso confunde a su audiencia con ofertas, mensajes e idiomas que son ajenos, molestos y que generan desconfianza. A veces simplemente pretendemos generar engagement poniendo el hipervínculo con un titular en inglés.
Si no somos capaces de crear una fuerza gravitatoria hacia nuestro proyecto de ecommerce no conseguiremos nada. Esa fuerza gravitatoria la podemos conseguir con SEO, con SEM, con acciones offline en el mercado, acuerdos comerciales, social media, garantías, presencia en ferias, acuerdos y agrupaciones, oficinas en el exterior, etc.
Las empresas con experiencia en comercio exterior saben mucho de crear fuerzas gravitatorias. Ahora tienen que aplicar su conocimiento a la tecnología que deben incorporar y adaptarse, porque la tecnología lo cambia todo.
El día 26 tendremos una jornada/seminario que pivota precisamente sobre estas ideas para el ecommerce: crear proximidad y aprovechar oportunidades en el exterior. SEO, SEM, legal, logística y casos de éxito. Esperamos veros allí y discutir de estas dos claves que pensamos que pueden darte razones para ser optimista.