El Reino de Suecia, un país escandinavo que forma parte de la Unión Europea, se caracteriza con ser una nación multicultural y cosmopolita.
Tiene una población de más de diez millones de habitantes de los cuales aproximadamente una quinta parte son inmigrantes.
Suecia se considera a sí misma como la capital de Escandinavia y en ocasiones de todo el norte de Europa, tiene la tasa de natalidad más alta de UE, una tasa de paro baja y estable y una renta per cápita alta.
Los suecos son reservados y rígidos, pero con informalidad latente en su manera de actuar. Mantienen sus vidas privadas separadas de sus vidas laborales y no suelen mostrar sus emociones en público, lo que alimenta una impresión de rigidez y frialdad.
El acceso al mercado sueco es lento, complejo y de difícil acceso, en el que existen marcas muy fuertes y competitivas, además de tratarse de un mercado maduro, las empresas difícilmente cambian de proveedores o socios. Al apostar por Suecia, es necesario tener presente el esfuerzo adicional que supone entrar en un mercado tan consolidado y con unos niveles muy elevados de exigencia y profesionalidad. En Suecia predomina el espíritu nacional frente a intereses particulares y son muy nacionalistas en sus hábitos de compra, considerando que los productos suecos son los mejores. Tendrán éxito los productos que no entren en competencia con la oferta local o bien aporten originalidad e innovación y cuyo factor determinante seria calidad-precio.
Suecia: Un crecimiento económico sostenido y altos índices de competitividad industrial
Los ciudadanos suecos cuentan con uno de los mayores niveles de renta per cápita del mundo, un crecimiento económico sostenido, altos índices de competitividad industrial y poder adquisitivo alto, muy superior a la mayoría de los otros consumidores europeos y su propensión al gasto también suele ser alta y eso hace de Suecia un mercado de valor. Las empresas suecas buscan establecer relaciones a largo plazo más que operaciones puntuales que impliquen un beneficio inmediato. Son muy fieles a los proveedores que se han ganado su confianza y si se consigue entrar en el mercado sueco es una puerta de acceso para otros mercados escandinavos.
Debido a su sociedad multicultural y su curiosidad y gusto hacia alimentos de otros países, unido al hecho que, con carácter general, sueco muestra especial inclinación por la cultura, turismo, gastronomía y vino español, hay una puerta abierta para los productos españoles.