Tener claridad y poner foco en lo que se hace, diseñar e implementar una estrategia de negocio, dejar de apagar fuegos diarios para otear la estrategia a medio plazo o ser conscientes de la etapa de crecimiento en la que se encuentra la empresa son las claves para el éxito.
Dicen las estadísticas que el 75% de las empresas españolas no supera el primer año de vida. Para nosotros, que asesoramos en el crecimiento e internacionalización de las empresas, uno de los problemas habituales de las startups y PYMEs es que carecen de una estrategia clara de negocio y crecimiento porque la mayoría de los gestores está apagando los fuegos del día a día sin sacar tiempo para poner el foco y definir la estrategia de crecimiento futuro de la compañía.
“Al diseñar una estrategia de negocio hay que tener claro en qué fase de crecimiento se encuentra la compañía porque habitualmente nos encontramos con startups que malgastan dinero en acciones de branding y marketing sin tener claramente definido el producto o servicio que venden y cómo cubre las necesidades de los clientes”, explica Rajesh Nair, socio de Gedeth para la región Asia-Pacífico. “En una situación de crisis o pandemia, no es necesario cambiar lo que vendemos, sino reenfocar el mensaje y poner el valor en destacar el producto como una necesidad y no como un lujo”, añade.
Con la experiencia de haber asesorado a más de 1.000 compañías en sus estrategias de crecimiento e internacionalización, en Gedeth estamos participando como empresa mentora en el E-Global Hub, el espacio de emprendedores de la Cámara de Madrid y Madrid Activa. Y para ayudar a los emprendedores y PYMEs a convertir sus estrategias de negocio en exitosas empresas de alto rendimiento, desde la consultora española destacan los cinco errores más habituales que hay que evitar:
- Huir de la claridad, foco y acción. La claridad pasa por identificar bien lo que eres, lo que haces, lo que el cliente necesita de ti y el problema que tu producto o servicio resuelve. El foco significa centrarse en un producto y aquello en lo que eres diferencial para comercializarlo a través del canal y la actividad adecuadas. Por último, la acción supone lanzarse al mercado, experimentar, pivotar, reaccionar y aprender de los errores para mejorar, optimizar y evolucionar hacia el éxito.
- Desconocer el momentum de la empresa. Las compañías están vivas y pasan por diferentes etapas de crecimiento y maduración. El error habitual consiste en hacer cosas que no corresponden al momento de vida de la empresa. Así, existe una primera fase de fundación en la que hay que tener claro lo que el mercado demanda y cómo voy a adaptar y vender mi producto o servicio para solucionar determinadas carencias o problemas. La segunda fase es el momentum en el que la empresa debe ganarse el derecho a crecer. Y la tercera etapa es la de escalado, en la que la compañía debe de seguir innovando y reinventando para permanecer en cabeza.
- Quemarse con los fuegos de cada día. La mayoría de los emprendedores y gerentes de pymes tienen problemas porque piensan en tácticas para salvar el día a día y apagar los fuegos que surgen a diario, y no dedican tiempo a elaborar estrategias de negocio que pongan el foco y la claridad en el largo plazo. Una estrategia que cobra sentido en tiempos de pandemia, si tenemos en cuenta que entre marzo y diciembre del año pasado se han destruido más de 68.000 empresas según la Seguridad Social.
- Pensar que todo está hecho. El crecimiento genera huecos en la empresa, lo que significa que siempre va a haber problemas. En cada fase serán distintos y la compañía y el equipo irán creciendo y cambiando también. El equipo debe de estar enfocado en la satisfacción hacia el cliente analizando y evaluando constantemente los puntos de mejora del productos o servicio. De hecho, analizando el impacto de la pandemia el Banco de España advertía a principios de año de que hasta un 10% de las empresas está en riesgo de liquidación.
- No tomar decisiones. Para que una estrategia de negocio sea efectiva hay que decir sí y no a determinadas cosas. No se trata de hacer cosas bien o mal, sino de tomar decisiones y enfocar la compañía hacia esa decisión y futuro. Al mirar al futuro hay que tomar decisiones, hay que hacer algo, no se puede estar quieto. Partiendo de los datos reales y de los comentarios de los clientes se deben tomar decisiones para fijar una estrategia que debe ser flexible, pues el 99% del éxito de una estrategia está en la ejecución, no en el planning.
Nosotros te podemos ayudar a definir – o re-pensar – tu estrategia de crecimiento. Contáctanos para más información.