Alemania se ha convertido en uno de los países de la Unión Europea que más depende de la energía rusa, ya que el 55% del gas empleado dentro de las fronteras alemanas en el año 2021 provenía de ese país.
Con la invasión de Rusia a Ucrania, Alemania está buscando alternativas que le permitan prescindir de las importaciones de la Rusia de Putin, sobre todo tras la presión que marcó la UE para que los estados miembros dejasen de comprar gas y petróleo a Moscú.
No obstante, a pesar de los esfuerzos de Alemania por dejar de depender energéticamente de Rusia, el país aclara que hasta el año 2024 no será capaz de desprenderse de Putin.
Cabe la posibilidad de que la compra se corte, pero debido a que la medida sea tomada por Rusia (como pasó con Bulgaria y Polonia y su negativa de pagar en rublos) y no por parte de Alemania.
Como último recurso el gobierno de Berlín aprobó un cambio legal el pasado mes de abril (de este año) que permitiría tomar el control de las empresas de energía como último recurso.
De esta forma, la nacionalización de empresas de energía se convierte en una opción, pero antes de implementarse ha de ser sopesada cuidadosamente y debe justificarse con el argumento de asegurar el suministro de energía.
Otra de las alternativas también puede ser la adquisición de participaciones en empresas (de la misma manera que se hizo cuando el banco KfW compró el 20% del operador de redes de energía 50Hertz para rechazar una oferta de State Grid de China).
Por último, cabe destacar la posibilidad de contemplar cualquier escenario, incluso el de racionar el gas, y es por este motivo que se está considerando dar prioridad a la industria sobre los hogares.